martes, 5 de agosto de 2008

Nuestro Instituto.

Instituto Dr. Miguel C. Rubino.

En 1908 el Liceo Popular de Durazno, creado en 1894 por un grupo de vecinos, dejó de funcionar. Uno de sus egresados fue el Dr. Miguel C. Rubino, que en abril de 1912 impulsó la formación de un nuevo liceo, para lo cual contó con el apoyo de profesionales y entre ellos también docentes.
En octubre de 1912 el Poder Ejecutivo extendió los beneficios de la Ley de Liceos Departamentales a todas las capitales que faltaban, incluida Durazno.
En marzo de 1913 se iniciaron los cursos, siendo su primer Director el destacado docente Prof. Alberto Bravo.
En 1944 se inauguró el edificio actual del Liceo de Durazno, recibiendo al año siguiente el nombre de Liceo Dr. Miguel C. Rubino y en 1946 ya se iniciaron los cursos preparatorios. En estos años el Director fue el Arq. Eduardo González Pose, quien jerarquiza este centro con las actividades por él desarrolladas, relacionando la educación con el Arte (crea el Museo de Arte, la Biblioteca Liceal, un Grupo de Teatro) (PADRÓN, 1992)

MIGUEL RUBINO.
(Durazno, 1886- Pando, 1945)
Uno de los hijos predilectos, orgullo para el Departamento, cuyo mensaje trasciende ampliamente los límites científicos (PADRÓN, 1992: 451) De origen muy humilde, ayudaba a su padre a vender la verdura producida en la huerta familiar, recorriendo las calles de la ciudad (Filippini, 1978)
Cursó sus estudios primarios y liceales en Durazno, trasladándose en 1905 a Montevideo donde cursó el Bachillerato y la carrera de Veterinaria, graduándose en 1909. Luego volvió a radicarse en Durazno, en 1910 construyó su Laboratorio Veterinario e inició una brillante carrera como investigador científico. En 1920 se instaló la “Estación Experimental de Epizootias, centro de investigación para el estudio de las enfermedades infecto-contagiosas y parasitarias del ganado y de los medios prácticos y eficaces para combatirlas y evitarlas”. La obra de Rubino desde este centro fue notable y los resultados de sus investigaciones sobre la fiebre de garrapata, la fiebre aftosa y el carbunclo, trascendieron las fronteras departamentales y nacionales. Sus estudios en serodiagnóstico desembocarán en su importante descubrimiento sobre la reacción precoz de la lepra. Fue becado a Europa, por dos años, para continuar sus investigaciones, las que se desarrollaron en el Instituto Pasteur de Francia y el Laboratorio Kaiser Guillermo de Alemania.
Al regresar al país, continúa con mayor intensidad su actividad de investigador, fundando el Centro de Investigaciones Veterinarias que hoy lleva su nombre.
Hasta 1926 permaneció Rubino en Durazno, demostrando con sus logros que era posible realizar investigación científica desde una localidad del interior del país. (PADRÓN, 1992)

1 comentario:

Unknown dijo...

Gracias compañeros! estoy haciendo un trabajo de Pedagogía Comparada...los datos sirven de puntapié inicial!
IRMA